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Los Autobuses Vivas

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La historia que os voy a contar hoy es verídica. Me ocurrió el viernes pasado, pero entre la jornada de reflexión, las elecciones y el artista asesino de perros no había encontrado un momento para publicarla.

Todo comenzó aproximadamente hace dos o tres semanas. Me encontraba por aquel entonces en Salamanca, lugar donde estudio y vivo nueve meses al año, planificando una visita que pensaban hacerme mis amigos justo el fin de semana de las elecciones. Entonces fue cuando recibí una llamada de mi casa en León, donde nací y estoy empadronado, notificándome que la Junta Electoral me había designado vocal suplente. Aquello, como podéis imaginar, me hizo tanta gracia como una patada en las pelotas, pero como amenazaban con mandarme a la cárcel y yo, que soy un blando, allí no iba a resistir ni medio asalto, me tuve que resignar.

Así pues, cancelé la visita y me dispuse a hacer los preparativos para el viaje. En cualquier caso normal eso habría incluido adquirir con antelación un billete de autobús para el viernes, pero el trayecto entre Salamanca y León está asignado en exclusiva a la empresa Vivas, la cual, nadie entiende la razón, no te lo vende hasta media hora antes de que salga el coche. El motivo que alegan para hacer esto es que así no preparan más vehículos de los que van a necesitar para llevar a todos los clientes que soliciten hacer el trayecto. Como veis, es un razonamiento de pura lógica aristotélica que no tiene el más mínimo sentido.

El caso es que, como te tienen agarrado por los huevos porque no hay otra forma de viajar si no tienes coche, tienes que tragar con carros y carretas, así que el viernes me presente en la estación quince minutos antes de la hora de salida del autobús. Me coloqué a la cola justo detrás de una señora de unos cincuenta años y me dispuse a esperar. Cuando casi era mi turno, el taquillero nos comunicó a todos los que aún no habíamos comprado que no quedaban más billetes.

Era un momento de esos que te definen como persona, que determinan si eres de los que están dispuestos a defender lo suyo o por el contrario eres de los que se callan y se van. Muchos optaron por esto último, pero cuatro o cinco que teníamos un cabreo demasiado grande como para rendirnos tan pronto nos quedamos. Empezamos a repetirle al hombre su increíble razón para no vendernos los billetes con antelación, pero él lo negaba todo. La presión estaba llegando a límites insospechados cuando finalmente nos dijo que aquella no era la taquilla de Vivas, así que él no tenía nada más que decirnos. Estoy seguro de que en ese instante nuestra cara se transformó en la más pura representación de la perplejidad, pues personalmente yo llevo cuatro años comprando allí mismo mi derecho a volver a casa. Siguió argumentando que él trabajaba para otra empresa, pero que tenían un convenio (la típica subcontrata, supongo) para vender los tickets de los dueños de los autobuses, por lo que si queríamos quejarnos que bajáramos a los andenes a hablar con el conductor. Así que hacia allí me dirigí.


Cuando llegué, con todo el rollo que le había soltado al taquillero, el hombre estaba a punto de marcharse. Le comenté que quería ponerle una queja a la empresa por no haberme querido vender un billete, así que necesitaba el libro de reclamaciones. Mis sorpresa fue mayúscula cuando me dijo que no tenía, pero aumentó todavía más cuando me insinuó que para hacer lo que pretendía tenía que viajar a Zamora o a León... ¡utilizando sus servicios! Entonces estallé, le dije que no me jodiera porque si lo hacía me iría directamente a la oficina del consumidor y pondría una queja mucho más seria que aquella. El conductor no aguantó la presión, se metió dentro del autobús farfullando no sé qué de que le había faltado al respeto, y, gruñendo, volvió a salir con el (¡oh, magia!) almanaque. Yo no pude menos que hacerle notar la contradicción entre sus palabras y la realidad (fue algo así como un "¡coño! ¿no decías que no lo tenías?"), pero él se quedó callado como un muerto.

Entonces me dispuse a escribir, pero me di cuenta de que me había entregado el libro, pero no me había dado ningún boli. Como mi cabreo era por entonces tremendo, le pregunté con mi tono más sarcástico si debía plasmar mi queja con sangre. El hombre, impertérrito, me dijo que no era su deber proporcionarme útiles de escritura, y me advirtió de que se iría en dos minutos, llevándose con él el libro. El corazón en este momento me latía a mil por hora, así que le respondí que si se quería ir era libre de hacerlo, pero que nadie se llevaba nada hasta que la reclamación estuviera redactada. Me di la vuelta y me dispuse a preguntar a todo el corrillo de gente que se había ido acercando a mirar si podían ayudarme. Después de preguntar un rato, encontré lo que necesitaba y redacté, más mal que bien (la adrenalina no es buena ayudante para estas cosas), mi queja inicial junto con todo lo que había pasado después. Cuando quise mencionar al conductor le pregunté el nombre, pero no quiso dármelo de ninguna forma, así que copié la matrícula y razoné que no podía identificar mejor al hombre que me había mentido descaradamente.

Finalmente, le devolví el libro, recogí mi copia de la reclamación, y, como la alternativa era la cárcel, tomé el siguiente autobús de Vivas. Por cierto, cuando fui a comprar el billete treinta y cinco minutos antes de que saliera este segundo coche, en la taquilla me obligaron a esperar hasta que fuera justo con media hora de antelación.

A modo de conclusión de mi relato, debo decir que no creo que haya conseguido nada con mi queja, pero quizá en algún momento alguien con peso a la hora de repartir las concesiones lea este texto y sepa qué clase de servicio dan en la empresa Vivas.

PD.- Pensaba haber insertado alguna foto de los autobuses en cuestión, pero la empresa no tiene página web y sólo he encontrado una de uno de sus minibuses.

La Decisión de Rajoy

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En algunas ocasiones una persona debe enfrentarse a una disyuntiva en la que las dos opciones parecen poco recomendables. Cuando esto ocurre, la reacción normal es elegir el camino más fácil, aunque a priori no sea el menos malo de los dos. Esto es lo que ha hecho Mariano Rajoy cuando ha decidido intentar seguir al frente del Partido Popular los próximos cuatro años.

El otro día sugería que lo más normal era que una persona que había perdido dos elecciones seguidas dimitiera, pero que en este caso no era algo tan sencillo. Cuando el líder de un gran partido político renuncia a su puesto, lo recomendable es que lo sustituya alguien conocido, que sea carismático y que además tenga acceso al Congreso de los Diputados. El problema llega cuando no hay nadie que cumpla esos requisitos y suponga una verdadera renovación.

El PSOE se encontró en esa misma situación tras perder los comicios del año 2000. En aquella ocasión, en el congreso de los socialistas, salió elegida una persona que representaba realmente un cambio, tenía un escaño en el Congreso, pero no era conocido en los grandes círculos. Fue una apuesta arriesgada, pero les salió bien y ahora ese hombre acaba de ganar sus segundas elecciones consecutivas. Eligieron sabiamente.


Sin embargo, en el caso del PP las cosas parecen más complicadas. Por un lado están los candidatos más atractivos, que son Gallardón y Esperanza Aguirre, aunque ninguno de los dos tiene asiento en el Congreso (eso sí, el primero por una cacicada de la segunda) y ese es un obstáculo muy grande cuando se tiene que liderar a la oposición. Por el otro están los viejos conocidos, Zaplana, Acebes, Pizarro y alguno más, todos ellos tan culpables o más que el propio Rajoy de la derrota de las pasadas elecciones. En cuanto al hecho de que surja un Zapatero, éste es aún menos probable de lo que era en el caso de los socialistas, ya que los populares son por definición más reacios a las innovaciones. Y también, no nos olvidemos, está la sombra de Aznar, que es alargada y marca muchas tendencias dentro del partido.

Por todo esto parece que Rajoy ha decidido finalmente seguir comandando la nave, aunque aún no se ha expresado en el sentido de si piensa hacerlo acompañado de sus actuales lugartenientes o es su intención hacer una pequeña limpieza de ideas y de nombres. En cualquiera de los dos casos, la elección es la más sencilla, pero, como dije al empezar el artículo, no creo que sea la mejor. Esto es así porque el riesgo de concurrir a unas terceras elecciones con el mismo candidato y perderlas otra vez es enorme, ya que dejaría a los populares totalmente hundidos. Y no es que esto me parezca mal, la verdad, pero supongo que a los que pertenecen al partido no les debe hacer ninguna gracia.

De momento sólo cabe esperar a ver cómo se desarrollan los futuros acontecimientos. Mientras tanto, supongo que los peperos se consolarán con que afortunadamente medio país no es una basura y un horror y mediante rezos a Dios para que Zapatero encuentre el camino correcto.

Los Límites del Arte

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Muchos recordaréis mi anterior artículo dedicado al arte contemporáneo, en el que lo calificaba de absurdo por su falta de ideas originales y por su incoherencia estética. Explicaba que los críticos habían perdido totalmente el norte y ya llegaban a considerar especial cualquier chorrada que a un freak de la vida se le ocurriera mientras se tocaba los huevos en casa. Parece bastante desproporcionado, pero en aquella ocasión me quedé corto y por eso vuelvo a escribir hoy.

Guillermo Vargas Habacuc es un hombre de unos cincuenta años del que, si buscáis en Internet, no encontraréis demasiadas referencias. Sin embargo, en los últimos tiempo su figura ha cobrado relevancia en el mundillo del arte contemporáneo gracias a una obra tremendamente polémica que estrenó hace no demasiados meses en una exposición. Dicha creación consistía, básicamente, en recoger a un perro callejero al borde de la muerte por inanición, y, lejos de ayudarle, exponer su agonía para que los visitantes asistieran impasibles a sus últimas horas.


Sin embargo, esto no es lo peor, porque degenerados hay en todas partes y que uno haya decidido exponer sus burradas en una galería cualquiera no sería demasiado relevante. Pero sí que es especial que la Bienal Centroamericana de Arte considerara que la idea es brillante, e invitara a Habacuc a repetir el espectáculo en su certamen. No acabo de entender qué ven en una salvajada semejante, pero desde luego no puede ser lo mismo que en un cuadro de Goya o en las vidrieras de la catedral de León.

Para evitar que esta gentuza lleve a cabo sus planes se está organizando una recogida de firmas a través de Internet. Podéis unir la vuestra siguiendo este link, y luego esperar que, con un poco de suerte, la cordura impere por una vez sobre el mundo del arte y del morbo.


Conclusiones de la Jornada Electoral

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En un principio pensaba haber comentado los resultados electorales ayer mismo antes de irme a la cama. Sin embargo, mientras veía la tele y revisaba los datos del escrutinio en directo, el cansancio por el madrugón de mi suplencia como vocal me pasó factura y me quedé completamente sopa en el sofá. Por eso este artículo ve la luz cuando quizá ya todo el mundo ha hecho públicas sus conclusiones, lo cual es malo porque tiene menos relevancia, pero bueno porque tengo una perspectiva más amplia para juzgar lo acontecido.

Lo primero que quería decir es que afortunadamente mis deseos del otro día se han cumplido con creces. La participación de la ciudadanía en los comicios ha alcanzado el setenta y cinco por ciento, es decir, una cifra muy alta. Hace no mucho leí que la mejor cualidad de la democracia es que garantiza que un pueblo nunca va a tener un mejor gobierno del que merece, y el hecho de haber votado tan masivamente nos hace, al menos, acreedores de algo bastante bueno.


También quería darles la enhorabuena a todos aquellos que, como yo, votaron al PSOE. Muchos de nosotros lo hicimos más por miedo a la única otra alternativa posible que por firme convicción, pero aún así tengo la impresión de que vamos a ser gobernados razonablemente bien. Zapatero puede tener muchos defectos, y yo nunca lo negaré, pero al menos es una persona tolerante con la que se puede discutir. Si no me creéis, no tenéis más que comparar el tipo de diálogo que había entre el último gobierno de Aznar y todos los partidos de la oposición y el que ha habido la legislatura pasada, exceptuando al PP que ni siquiera lo ha intentado.

Hablando de los populares, surge ahora la duda de qué hará Mariano Rajoy, que ha mejorado en escaños pero no ha recortado la distancia que tenía con el PSOE. Desde mi punto de vista, y reconozco que no puedo ser imparcial, considero que su etapa ha llegado a su fin, algo parecido a lo que debía estar pensando él cuando anoche, en Génova, se despidió de sus hinchas con un lánguido "adiós". Creo que después de perder dos elecciones seguidas no le quedan fuerzas para seguir adelante, porque puede que en los primeros comicios fuera derrotado con un proyecto que no era enteramente suyo, pero en estos últimos ya no existe una excusa similar. Sin embargo aún existe una mínima posibilidad de que continúe liderando al PP en el Congreso, pues los dos máximos candidatos a su sucesión, Gallardón y Aguirre, no tienen un escaño desde el que plantar cara a Zapatero diariamente.


En cuanto a lo acontecido con los demás partidos, creo que todo ha resultado más o menos como cabía esperar. Los chicos de CIU juegan las bazas de tener un candidato excelente y de encontrarse en tierra de nadie, por lo que la polarización del voto útil no les afecta, pero los de ERC y los de IU han perdido mucho terreno. Los primeros se lo tenían merecido por sus continuas meadas fuera del tiesto, pero el castigo a los segundos se debe más que nada al miedo que inspiraba el PP a los votantes de izquierdas, que ha hecho que se concentren en torno al PSOE.

En este momento es necesario mencionar la tremenda injusticia que supone la ley electoral. Me parece que el hecho de que un partido con menos votos que otro obtenga más escaños es francamente contrario a los principios de la democracia. Aquí no contamos todos lo mismo, pues hay mucha gente cuya elección es descartada por el lugar en el que la haya hecho. Para complicarlo más aún, ningún gobierno desea cambiar este método porque es precisamente el que le ha hecho llegar a la posición en la que se encuentra, así que es una situación enquistada. La única formación que llevaba en su programa cambiar el sistema actual era IU, y de poco le ha servido, ya que ahora ni siquiera tendrá grupo parlamentario (¡Ánimo Llamazares, que no es culpa tuya!).

En definitiva, ahora toca esperar para ver qué deciden hacer en el PSOE para formar gobierno. Tienen dos caminos posibles, el de los pactos puntuales para lograr la investidura, los presupuestos y demás, o el del compromiso firme y estable con CIU, supongo que a cambio de concesiones a Cataluña y algún ministerio para Durán i Lleida. Desde mi punto de vista, y en esto pesa mucho la excelente opinión que tengo de don Josep Antoni, creo que la mejor opción es la segunda, pero habrá que ver si no se suben a la parra con sus peticiones.

La Espera de un Vocal Suplente

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Nunca he sido un tío con suerte. Por más que he participado en varios sorteos y loterías en mi vida, nunca he conseguido ganar apenas nada. Esa es, seguramente, la razón por la que la diosa Fortuna quiso compensarme en su día convocándome a participar en este nuestro hermoso sistema democrático español. Lástima que yo no deseara tamaño favor.

Así, esta misma mañana tuve que presentarme en mi colegio electoral a las ocho, deseando de todo corazón que el buen hombre al que le tocaba ocupar mi puesto de forma titular pudiera hacerlo en plenas facultades. Pero el tiempo pasaba sin que el vocal llegara, y en mi inquietud soñolienta empezaba a temerme lo peor: después de las cervezas de anoche no tenía el cuerpo como para pasarme todo el día anotando nombres de esforzados ciudadanos.

Finalmente el vocal apareció y se me comunicó que quedaba relevado de mi servicio, al menos siempre y cuando la salud del paisano se mantuviera estable todo el día. Por esa razón debería mantenerme localizable mientras durara la jornada electoral, esperando la visita de un policía que requiriera de mi presencia en la mesa.

Lo más curioso de todo ocurrió poco antes de marcharme, cuando se presentó una chica acompañada de su madre. La primera era la otra vocal titular, y la segunda su suplente. Eso más que mala suerte es mala leche, lo que demuestra que los dioses conspiran contra nosotros.

Y sí, aquí sigo esperando, pero al menos ya he depositado mi voto y he sido encuestado a pie de urna. Si vosotros aún no lo habéis hecho, deberíais hacerlo cuanto antes. Vuestro país os necesita.

Jornada de Reflexión

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El momento ha llegado. Después de dos semanas de intensa (y a veces cargante) campaña electoral, los partidos se retiran, los focos se apagan, y las especulaciones llegan a su punto álgido. Es la jornada de reflexión, así mal llamada pues a día de hoy ya casi todo el mundo tiene decidido su voto.

Este mismo día la legislatura pasada hubo manifestaciones multitudinarias por todo el territorio español. Yo estuve en una de ellas, protestando contra un gobierno que nos había mentido a sabiendas de lo que había. Ese gobierno estaba dirigido por una persona que afortunadamente ya no forma parte de la vida política de nuestro país, pero también integraba a mucha gente que mañana concurre a las elecciones para intentar ganar una confianza que ya traicionaron miserablemente en aquella ocasión.

Porque sí, dirigir un país requiere muchísimas capacidades que probablemente un lego en la materia como yo no es capaz siquiera de intuir, pero la más importante de todas es la sinceridad para merecer la confianza que más de cuarenta millones de personas depositan en ti. Ese voto sagrado de entrega al pueblo para servirlo por encima de tus intereses personales, aquél que hizo grande a Adolfo Suárez en su dimisión, y aquél que yo estoy dispuesto a exigir hasta las últimas consecuencias para cualquiera que se considere digno de gobernarme, fue el que rompió el PP hace cuatro años. Y no nos engañemos, aquellas personas siguen siendo las mismas, siguen creyendo en que lo que hicieron estaba bien, y lo que es peor todavía, volverían a hacerlo.

Por si esto fuera poco, estos cuatro años transcurridos no sólo no han borrado las huellas de su delito, sino que las han hecho aún más profundas. Todos recordamos cómo ha habido momentos durante esta legislatura en la que el gobierno y, por ende, el pueblo español, han necesitado de sus servicios, y, sobre todo, de su apoyo, pero ellos se lo han negado. Tamaña deslealtad con las personas de bien que sólo desean vivir sus vidas felizmente y en paz no merece ni un sólo voto, porque no sólo no han actuado para favorecer eso, sino que han puesto todas las zancadillas posibles para que otros no lograran una victoria donde ellos fracasaron anteriormente.

Esa misma gente tiene la desfachatez de buscar la abstención, cuando todo partido político que se precie de democrático debería desear siempre una participación lo más alta posible. No por interés, sino por respeto a todas las personas que murieron por conseguir para nosotros el derecho a decidir nuestras vidas con un voto. Quien pretende que renunciemos a nuestra prerrogativa de ciudadanos lo único que quiere es imponer su criterio, destruir lo más sagrado de nuestra sociedad, acallar la voluntad del pueblo.

Irónicamente, esos mismos hombres y mujeres son los que se llenan la boca con palabras como "libertad", "igualdad", "democracia" y "constitución". Las repiten una y otra vez con la esperanza de que alguien llegue a creerse que fueron invención suya, que lucharon más que nadie por dotarlas de verdadero significado, cuando la realidad es justamente lo contrario. Aún en la actualidad defienden la implicación de la religión católica en la vida política, otorgándole una posición de poder que no es compatible con los ideales democráticos. También abogan por la discriminación y expulsión de los inmigrantes con un ahínco que sólo puede explicarse mediante cierta clase de xenofobia interesada. Pretenden unos servicios privados donde otros proponen mejorar los públicos existentes de forma que todos podamos optar a su uso independientemente de nuestra capacidad para sufragar sus gastos. Y por último justifican guerras santas en honor del dios del dinero y del petróleo, aunque ello implique violar la voluntad del pueblo.

Por eso hoy hago lo que en otra circunstancia no me atrevería a hacer. Quiero pediros que hagáis examen de conciencia, que penséis intensamente qué futuro deseáis, que miréis por vuestro futuro y el nuestro, que reflexionéis.

Y, por encima de todas las cosas, quiero que votéis.

De Luto

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No hay nada más repugnante en este mundo que un hijo de puta con una pistola asesine a sangre fría a un pobre hombre inocente enfrente de su pequeña hija. Eso es precisamente lo que ha ocurrido hoy mismo en Arrasate, Guipuzcoa.

Mi más sentido pésame a la familia de Isaías Carrasco. Sabed que no estáis solos, pues hoy cuarenta millones de personas lloran con vosotros. Y que nunca podrán con todos nosotros.

Review de "En el Punto de Mira"

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Por segundo día consecutivo, no voy a tratar del tema que originalmente había pensado para mi post de hoy. En un principio mi idea era enlazar y comentar el vídeo que ha publicado en su blog José A. Pérez, pero más tarde ha escrito un nuevo e imprescindible artículo (leedlo, de verdad) que me ha dejado sin nada más que comentar. Así que voy a hablar de cine. Es más, de una película que ya tuvo un post dedicado en este mismo blog, para que luego me llaméis poco original.

Efectivamente, queridos lectres, esta misma noche he acudido al cine a ver "En el Punto de Mira", la misma producción de cuya presentación fui testigo hace menos de un mes. Por fin puedo contaros un poco más detalladamente cuál es su argumento, qué tal están los actores y lo que me ha parecido la recreación de Salamanca, ciudad donde transcurre el film.

Todo comienza con la llegada del presidente de EEUU a la Plaza Mayor para inaugurar una conferencia internacional sobre terrorismo. Como no podía ser de otra forma, el buen señor sufre un atentado nada más subir a la tarima, primero por parte de un francotirador y luego mediante una explosión multitudinaria. Es en ese momento cuando las fuerzas de seguridad se movilizan para encontrar a los asesinos, pero nada es lo que en un principio parecía.


En realidad, la trama es relativamente corta, pero la gracia está en que nosotros vamos viéndola desde la perspectiva de cada uno de los personajes protagonistas, de forma que sólo sabemos lo que individualmente van conociendo en cada momento. Eso también implica que varias escenas se repiten, pues el núcleo central del atentado es contemplado por todos. Este hecho no era bien comprendido por las personas que estaban en el cine junto a mí, que abuchearon la escena de la explosión a partir de la tercera vez que se vio. Sin embargo, a mí me parece una idea brillante, aunque podrían haber recortado algunas cosas que aparecen en varias ocasiones innecesariamente (el discurso del supuesto alcalde, por ejemplo) y además el director desaprovecha todo el juego que esta técnica puede dar.

Centrándonos en la ciudad de Salamanca, hay que decir que la Plaza es casi perfecta. Si no supiera que realmente no rodaron aquí, daría el pego totalmente, pero conociendo ese hecho se nota que es ligeramente más amarillenta que la de verdad. En cuanto a las escenas que transcurren fuera de este lugar, ninguna corresponde para nada con la realidad, cosa que creo que es lógica por el presupuesto, pero no del todo justificable si lo que querían era hacer una buena representación de la ciudad. Que esa es otra, no se entiende demasiado bien que la película se desarrolle aquí, pues ni es necesario para la trama ni es consistente con el argumento. ¿Quién montaría en un lugar de 150.000 habitantes una conferencia de terrorismo internacional con el presidente de los EEUU?


Pero ese no es el principal problema del film. Lo que realmente le hace perder mucho es la concepción americanizada que todo el equipo de rodaje (no sé cómo Noriega no les corrigió en eso) tiene de España en general y de Salamanca en particular. Sin ir más lejos, las personas congregadas en la Plaza corean lemas todo el rato, pero lo hacen con acento mexicano. Además, casi todo el mundo es moreno tanto de piel como de pelo, y habla inglés a la perfección, ambas cosas ilógicas.

Con respecto al final, hay algo que quizá alguna gente prefiera no leer pues desvela ligeramente cómo termina todo, pero que yo me veo en la obligación de comentar (sólo hablaré de ello en este párrafo). Resulta que los terroristas se encuentran huyendo en un vehículo después de dejar un reguero enorme de cadáveres inocentes detrás, cuando una pequeña niña se cruza delante de ellos. Entonces, el conductor hace una extrañísima maniobra para esquivarla, en lugar de seguir su camino como si ella no estuviera allí. Tal proceder es muy poco creíble en un asesino despiadado, que es lo que llevaba toda la película demostrando ser, y además tiene unas consecuencias nefastas para ellos.

A parte de esto hubo dos momentos que, sin pretenderlo, arrancaron las risas del público. El primero es cuando, justo después de la explosión, con la Plaza prácticamente arrasada y un montón de gente tirada por el suelo agonizando, Dennis Quaid se acerca a un compañero suyo que está malherido y grita pidiendo un médico como si nadie más se hubiera dado cuenta de la catástrofe, que, para más inri, había sido retransmitida en directo por la televisión. El segundo es el momento en el que el mismo actor da su localización con respecto al centro de la ciudad expresándose en manzanas, tal y como lo haría si se encontrara en la misma Nueva York. En una ciudad de concepción claramente radial como Salamanca eso suena comiquísimo, a parte de imposible de comprender.

En general, la película me ha gustado, aunque también me ha defraudado un poco. La idea es buena, pero el director no la aprovecha bien y además el ambiente está recreado de forma muy descuidada. Creo sinceramente que con esos mimbres, esos actores y ese presupuesto podrían haber hecho una película de acción para marcar una época y se han quedado en una para pasar el rato.

Las Últimas Semanas de Patrick Swayze

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Hoy pensaba escribir acerca del curso para formar "mujeres diez" que imparte el Opus Dei en Granada con financiación del ayuntamiento (del PP, por supuesto). Consiste en enseñar a las féminas que se presenten voluntarias cosas esenciales como coser el bajo de un pantalón, hacer una buena tortilla de patatas o cocinar una dieta equilibrada. Sin embargo, ha ocurrido algo que ha cambiado mis planes.

Porque al parecer, al actor Patrick Swayze, protagonista de películas tan famosas como Dirty Dancing o Ghost, le han diagnosticado un cáncer de páncreas en su estado terminal. Según los médicos de la Universidad de Stanford que le han estado tratando, apenas le quedan cinco semanas de vida. Desde aquí, un pequeño blog que tengo la certeza que él nunca llegará a leer, sólo puedo desearle que el poco tiempo que le resta esté tan lleno de amor como el que hizo sentir a los muchos espectadores que le vimos interpretar al fantasma de Sam Wheat.

En su memoria va este post.


Novedades

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Con motivo de las primeras mil visitas al blog, que alcanzaremos en breve, he decidido introducir unos pequeños cambios, casi diminutos, pero que espero que mejoren bastante la cantidad de lectores que recibo diariamente.

En primer lugar, hace ya unos días que inauguré una sección de links a mis blogs favoritos. Se encuentran en la zona izquierda, inmediatamente después del Archivo. Os los recomiendo vivamente.

Por otra parte, también me he registrado en Technorati, uno de los mayores índices de blogs del mundo. Si alguno tiene una cuenta allí, y lo desea, claro, puede convertir esta bitácora en su favorita utilizando el icono que se encuentra en la barra lateral, justo debajo del de la licencia Creative Commons.

Además he decidido apostar por Menéame, la versión en castellano de Digg. Como ellos mismos se definen, son una página a la que se remiten las historias que circulan por Internet, y en la que los usuarios juzgan la calidad de las mismas. Luego, según los votos que vayan recibiendo, aumentan su popularidad y su posición en la página principal.

En mi caso, he instalado un widget para reportar artículos fácilmente. Para ello, sólo tenéis que pinchar sobre el pequeño elefante naranja que aparece ahora debajo de cada post, y seguir después los pasos que nos indican. Es importante que, si decidís enviar algo, sólo mandéis lo mejor y más actual, pues de lo contrario podrían considerar que estoy haciendo spam con mi página y me vetarían la participación.

Finalmente, me he registrado en un contador de visitas más detallado, Sitemeter, de forma que ahora podré controlar de una forma más rigurosa quién, cuándo y desde dónde me visita.

Para concluír, quería daros las gracias por leerme (y comentarme) a menudo y animaros a que alguna vez probéis a lanzarme a las lista de Menéame. La verdad es que os lo agradecería muchísimo.

Nihil Novum Sub Sole

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  • Zapatero de nuevo se viste de forma mucho más elegante que Rajoy. No acabo de comprender la obsesión del candidato del Partido Popular en ponerse corbatas feas que no le pegan ni con cola.
  • ¿Qué es un observatorio de precios? Suena extrañamente parecido a recopilar todos los folletos publicitarios de los supermercados y comparar unos con otros. Vamos, lo que llevan años haciendo todas las amas de casa que no llegan a fin de mes. ¿Para eso hacía falta un economista?
  • La leche es más barata en España que en Alemania y los huevos subieron con el PP. Suena porno, pero no lo digo yo, lo dice el presidente del gobierno.
  • Al parecer, Zapatero es el responsable de que Endesa acabara en manos alemanas por defender la oferta de Gas Natural. Tamaño razonamiento sólo puede haber salido de la inefable cooperación entre Acebes, Zaplana y Pizarro.
  • ZP, por si acaso, le lanza de vez en cuando algún palo a Esperanza Aguirre. ¿Preparando el terreno para después de las elecciones?
  • Rajoy sigue a vueltas con la inmigración. Al parecer, los extranjeros nos perjudican enormemente a los españoles. Supongo que será porque nos usurparán los puestos de trabajo que todos nos morimos de ganas por conseguir: albañiles, vendimiadores, chachas y barrenderos.
  • El candidato del PP duda de que una decena sean diez. Es comprensible, porque según datos de la Comunidad de Madrid, una decena son realmente cuarenta.
  • Las regularizaciones del gobierno de Aznar no sólo se hicieron con un bonobús, sino también con un recibo de la tele (supongo que de la de Madrid), de una noche de hotel o incluso de una rueda de bicicleta. Eso explica que llamemos español a Indurain, que no era ni siquiera humano.
  • Zapatero ha asegurado que creará una división de policía científica, es decir, un CSI. Por el bien de España espero que no sea tan mala como la versión de José Coronado.
  • El candidato del PSOE se compromete a apoyar la política antiterrorista del próximo gobierno sea del partido que sea. Es una pena, porque me habría gustado verle discrepando consigo mismo.
  • Rajoy es incapaz de hacer la misma promesa. Con ETA hay que acabar usando el método de John McClain contra los terroristas mundiales: tiros y ostias hasta que no quede ninguno en pie.
  • ¿Cómo es posible que todo ser pseudo-racional del PP defienda que ZP no quería acabar realmente con ETA? Reconozco ser parcial, pues siempre estuve de acuerdo con el diálogo, pero no comprendo que se piense que se hizo con mala intención.
  • Rajoy ha acusado a Zapatero de apoyar la guerra de Iraq, que, por cierto, según él tenía el apoyo de la ONU, y sin embargo se ha negado a contestar si él aún considera que fue una buena idea. Como dijo el presidente, no sé quién le aconsejó meterse en semejante jardín y encima con tamañas mentiras.
  • ¿Cómo puede acusar un político español a otro de meter a una persona en la cárcel sólo cuando le venía bien a sus intereses personales? Es más, ¿con qué pruebas cuenta para afirmar algo así? ¿Una foto de De Juana por la calle vale para tanto?
  • No me puedo creer que Zapatero haya usado una portada del Diario el Mundo para apoyar un razonamiento suyo. Seguro que a Pedro J. le ha dado un infarto cerebral cuando lo ha visto.
  • Al parecer, y según Rajoy, los socialistas ganaron las anteriores elecciones gracias al 11-M y a la Guerra de Iraq. Supongo que nada tendría que ver el hecho de que nos mintieran descaradamente a todos.
  • Aunque quede muy feo decirlo, había que volverlo a mencionar: esta pasada legislatura ha sido en la que menos muertos por terrorismo se han registrado en toda la historia de la democracia española.
  • Sigue en el aire la pregunta de cómo pudieron los dirigentes populares creer que ETA, si estaba en el momento más débil en cuarenta años (Mariano dixit), pudo tener algo que ver con los atentados del 11-M.
  • Rajoy afirma tajantemente que nunca ha atacado a Cataluña. Seguro que todos los recursos impuestos ante el Constitucional eran una broma. Fijo que Artur Mas está en su casa descojonándose todavía.
  • ¿Alguien se cree que pueda multarse a una persona por poner en su negocio un cartel en castellano, aunque se haga en Cataluña? Es absurdo, además de una mentira enorme.
  • Vuelve el catalán en la intimidad de Génova.
  • Al parecer, el PP es el centro y el PSOE la extrema izquierda. Se confirma que Rajoy no ha leído el "Manifiesto Comunista" en su vida (yo tampoco, pero es que me destriparon el final y ya no tenía gracia).
  • El candidato popular asume que quien no vota a favor de algo está directamente en contra, luego opuestos a la idea de que sea presidente del gobierno existen aproximadamente unos treinta millones de españoles.
  • Y el informe PISA ataca de nuevo. Por una vez, estoy de acuerdo con Rajoy: es contraproducente pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas.
  • ¡El candidato del PP ha denominado "pueblo" a la gloriosa ciudad de León! Deberíamos fustigarle por ello, máxime sabiendo que vivió entre nosotros durante su infancia.
  • De nuevo Zapatero concluye con el latiguillo de Edward R. Murrow y Fred Friendly.
  • Rajoy se empolló el discurso final, al contrario que la otra vez. Sin embargo, tampoco le ha salido bien, pues en su empeño por no dejarse nada lo ha recitado tan rápido que casi se pone morado por falta de aire.
  • ¡Y vuelve la niña! Esta vez se ha situado, cual chimpancé juguetón, en plena cabeza de don Mariano. Parece que nadie le advirtió del ridículo que hizo la otra vez con su sentimentaloide interpretación.
  • A modo de conclusión, sólo comentar que parecía el mismo debate que la semana pasada, con la única diferencia de que Olga Viza ha moderado bastante mejor que Manuel Campo Vidal, pese a que esta vez ambos contendientes han respetado mucho menos los turnos. Y ha vuelto a ganar ZP, según todas las encuestas.
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La Elegancia de lo Complejo

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Cualquier persona que haya estudiado un par de cursos de primaria es capaz de escribir y comprender la siguiente afirmación matemática:


Sin embargo, es costumbre en la mayoría de círculos profesionales complicar lo sencillo para volverlo más elegante y forzar la necesidad de un experto para comprender hasta lo evidente. Por eso, propongo que los ingenieros, matemáticos y físicos nos unamos en una iniciativa sin precedente: debemos cambiar la notación de esta sencilla suma por su vulgaridad y banalidad.

En primer lugar, necesitamos las siguientes equivalencias:


Para poder escribir la expresión original de una forma con mayor presencia matemática:


Ahora recurriremos a otra serie de igualdades sencillas para continuar nuestro avance:


A partir de las cuales obtendremos una forma más clara de la ecuación original:


Teniendo en cuenta que la matriz inversa de una matriz traspuesta es la traspuesta de la inversa en un espacio vectorial unidimensional, y usando además una de las propiedades de los factoriales, obtenemos lo siguiente:


Si ahora enlazamos todas las deducciones anteriores, llegamos a la definitiva expresión de la ecuación que ya posee la elegancia, la claridad cristalina y la complejidad necesaria para su uso cotidiano.


Y así dominaremos el mundo.

Francia y España

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Imaginemos, por un momento, que, en el futuro, la Unión Europea decidiera dar el paso de convertirse en un auténtico y único país. Llegado el momento, sería necesario subdividir el territorio en unidades administrativas más pequeñas, cada una de ellas con una capital y con un administrador supeditado al jefe del gobierno comunitario. Llamaremos estados a estas divisiones, como una analogía a los EEUU.


Podemos seguir con nuestro ejercicio mental considerando que las fronteras de los nuevos estados no tendrían que coincidir necesariamente con las de los antiguos países. También podríamos atrevernos a suponer que los políticos no siempre defienden los intereses de la mayoría de sus representados, por lo que un buen día podríamos encontrarnos con que lo que una vez fue España se halla ligado a lo que una vez fue Francia en uno de los susodichos estados. Los motivos alegados para hacer esto serían la proximidad geográfica y la historia en común que siempre han tenido estos países, pues al fin y al cabo los Borbones que han reinado aquí tantos años provenían de allí. El nombre elegido sería el original "Francia y España", la capital por convenio se establecería en París, y habría dos gentilicios, franceses y españoles.


Hasta aquí todo parecería ir bien, sobre todo si el que lo juzga es un sueco o finlandés. Sin embargo, es lógico suponer que a la mayoría de los españoles no nos iba a hacer ninguna gracia esta nueva situación. Por ello, seguramente, nos echaríamos a las calles con pancartas en manifestaciones multitudinarias, y haríamos todo el ruido mediático posible.


Después de todo este follón, los políticos se acabarían dando cuenta de que la historia en común y las similitudes entre ambos pueblos que ellos creyeron ver no se plasmaban en la realidad. Lejos de desistir en su propósito, lo más probable es que decidieran parchear el error tratando de falsear los datos. Para ello, crearían una asociación que llamarían, por ejemplo "Fundación Bayona", desde la que tratarían de manipular los libros de texto para convencer a los chavales de que Francia y España tienen puntos en común incluso desde la época prehistórica.



Al mismo tiempo, en los demás lugares de Europa empezarían a olvidarse de España, ya que el nombre elegido para denominarnos a ambas unidas es demasiado largo, y comenzarían a conocer al conjunto simplemente como Francia. A sus habitantes al principio nos llamarían francesespañoles, pero como es largo y engorroso rápidamente abreviarían directamente a franceses.


Pero ahí no acabarían todos los menosprecios, ni mucho menos. La peor parte vendría en economía, pues las inversiones europeas tendrían siempre como último destinatario la parte francesa del estado. De esta forma, la zona española pasaría de ser una de las cinco más desarrolladas de la antigua unión a desertizarse y empobrecerse hasta el punto de acabar a la cola del conjunto global.


Todo degeneraría a una velocidad de vértigo. España pasaría a ser la zona sureña de Francia, y comenzarían a surgir cosas extrañas como ferias de la tortilla de patata francesa, alusiones a los vinos franceses de Rioja, visitas guiadas al museo francés del Prado y a la catedral francesa de Burgos...


Así transcurrirían más de veinte años y la situación se haría cada vez más insostenible. Entre el ahogo económico y el desprecio cultural a los españoles se nos hincharían los huevos de una forma tremenda. Como a cabezones no hay quien nos gane, volveríamos a salir a la calle con pancartas con la esperanza de que alguien nos echara una mano para recuperar aunque sea un poco de dignidad, porque seríamos europeos, pero por encima de todo seríamos españoles.


Afortunadamente, todo esto no era más que una suposición, castillos en el aire, algo que no tiene nada que ver con la realidad... ¿O sí?



PD.- Gracias a mi amiga y fiel lectora Ruth que me envió un correo con la idea principal y la mayoría de la información que aquí figuran. También es de rigor acordarse de la desconocida persona a la que se le ocurrió originalmente la analogía. Espero que algún día todos podamos ver una auténtica autonomía leonesa conformada por las provincias de León, Zamora y Salamanca, pero mientras tanto me conformaré con que alguna vez se acuerden de nosotros. A todos los que luchan por eso va dedicado este post.