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El Clásico

El fútbol es un deporte apasionante por sí mismo, pero cuando se juntan dos equipos como el Real Madrid y el Barcelona, el sentimiento se intensifica. Más allá del juego, la gran atracción está en el ambiente que despierta un acontecimiento así, tanto en el propio campo como en un buen bar con unos cuantos amigos. Hasta tal punto llega esta sensación que personas que ni siquiera se plantean ver un partido de fútbol cuando están solos, disfrutan como niños cuando lo hacen acompañados.

Por eso hoy, sin ir más lejos, hemos vivido un acontecimiento memorable, la última entrega de esta rivalidad histórica, y puedo decir que no ha defraudado. Ha habido de todo: ocasiones de un lado, ocasiones del otro, faltas, entradas, pases, y un gol que, de bonito que ha sido, debería haber valido doble. Precisamente con el gol un estallido de júbilo ha inundado mis oídos y me he sorprendido a mí mismo gritando tanto como los demás mientras saltaba del asiento. Y la tensión de los últimos minutos, con el Barça achuchando en un último e inutil intento de darle la vuelta al marcador, mientras que nosotros, los expectadores, nos mordíamos las uñas.

Y al final, bromas con los amigos que apoyaban al rival, felicitaciones a los demás, muchas risas... En definitiva, que, como esperaba, ha sido una experiencia magnífica, algo que le recomiendo a todo el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El futbol es asin... xD

Anónimo dijo...

A mi no me hubiera sorprendido verte gritando tanto como los demás... ;p