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No es País para Viejos

Aunque parezca una tontería, con los años he desarrollado cierta capacidad para discernir, con muy pocos datos sobre ellas, qué películas van a gustarme y cuáles no. Como soy un cinéfilo empedernido, ocurre que en muchas ocasiones desoigo lo que esta especie de don me dicta, por lo que estoy en posición de afirmar que, generalmente, no suele fallar.

Una de estas situaciones ocurrió el sábado pasado, cuando mi familia decidió invitarme al cine. Como pagaba mi señora madre, no hubo demasiadas opciones para elegir el título de la película, así que, finalmente, acabamos en la sala en la que se proyectaba “No es País para Viejos”, de Joel y Ethan Coen. La cinta, a la postre ganadora de los Oscar más importantes anoche mismo, era la típica contra la que mi sexto sentido me advertía, pero decidí no hacerle caso una vez más.

Cuando llegamos a la sala, los indicios mejoraron bastante. Antes de empezar la proyección de la película en sí, los encargados del cine nos deleitaron con el trailer en castellano de “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”, cosa que, queráis que no, le levanta el ánimo a cualquier fan de la saga. Por si esto fuera poco, el argumento que había leído momentos antes de sentarme tenía cierto aire Tarantinesco que no me desagradaba en absoluto. Os haré un pequeño resumen para que sepáis de lo que hablo.

Todo comienza cuando un hombre (Josh Brolin), que se encuentra cazando en el desierto de alguno de los estados del sur de EEUU, descubre por casualidad un intercambio de drogas en el que todo ha ido mal y del que sólo ha sobrevivido un mafioso agonizante y desesperado por conseguir un poco de agua. El hombre, que carece del líquido elemento, se limita a coger el dinero y a marcharse a su casa. Sin embargo, esa misma noche los remordimientos le impulsan a volver a la zona para tratar de aliviar el sufrimiento del moribundo, momento en el cual es descubierto por otra cuadrilla de mafiosos que venía a comprobar qué había fallado. Es entonces cuando se ve forzado a huir, abandonándolo todo, pues su persecución es encargada a un auténtico psicópata (Javier Bardem) totalmente implacable.


Habiendo leído algo parecido a esto, empezaba a pensar que ésta era una de las escasas ocasiones en las que mi don se había confundido. Pero no, en realidad no fue así, porque todo lo que he resumido anteriormente sólo es el telón de fondo. La verdadera trama de la película no es esa, sino cómo un viejo sheriff (Tommy Lee Jones) se siente desbordado por la dimensión que ha alcanzado el crimen en los últimos años, y la angustia y el hastío que esto le causa. Además, los verdaderos protagonistas no son los actores, sino los silencios tremendamente largos, tremendamente prescindibles, que inundan casi cada momento del metraje. Y por si esto fuera poco, el final (y no es ningún spoiler) llega como de repente, en una especie de mezcla entre coitus interruptus y eyaculación precoz, que deja al espectador clavado en su butaca un buen rato hasta que se conciencia de que de verdad la película ha terminado. Entre todo lo mencionado en éste último párrafo consiguen convertir una cinta que podría haber sido magnífica en un coñazo total.

Estoy absolutamente convencido de que, de los cuatro premios que “No es País para Viejos” ganó anoche, es decir, los de mejor película, mejor(es) director(es), mejor guión adaptado y mejor actor de reparto, el único merecido, y además culpable de que la película adquiera cierta relevancia, es el último, el de Bardem, que está enorme. También es de justicia reconocer que los Coen no es que me emocionen, pues de las películas suyas que he visto la única que considero entretenida fue “O Brother!”, mientras que “Fargo” y “Ladykillers” me resultaron pasables pero nada más, y “El Gran Lebowsky” y “El Hombre que Nunca Estuvo Allí” fueron dos tostones insoportables.

En fin, ya no me queda nada más que añadir. Quizá algún día os hable de cómo mi don se aplica también a las novelas, pero mientras prefiero sentarme a leer los comentarios contra mi crítica de esta película (si es que los hay) y centrarme en el post de mañana sobre el debate de esta noche.

3 comentarios:

Alberto Berjón García dijo...

Lleva tu don a la ITV macho.

Nacho Amigo dijo...

El don funciona genial, me advirtió de que la peli no iba a gustarme y efectivamente no me gustó.

Otra cosa es que a ti te pareciera buena ;)

Anónimo dijo...

loooooool