En el Punto de Mira

Esta mañana, al salir de clase, he dirigido mis pasos hacia la Plaza Mayor. No suelo pasar por ella (extrañamente, soy de las pocas personas a las que sus trayectos habituales no le obligan a visitarla), pero hoy tenía un motivo especial para dar el rodeo. Iba a ver a Matthew Fox, a Forest Whitaker y a Eduardo Noriega.



Os preguntaréis qué extraño motivo podría atraer hacia Salamanca a tres actores de su nivel y fama. Al fin y al cabo, ésta es una ciudad muy bonita, pero bastante pequeña y relativamente desconocida en el extranjero. Sin embargo, en esta ocasión ha sido elegida para presentar la última película en la que los tres participan, titulada "En el Punto de Mira", y que transcurre, casi íntegramente, en la Plaza Mayor.



El argumento es fácil de explicar (al menos hasta donde yo sé, pues aún no he podido ver la película). El presidente de los Estados Unidos acude a dar una conferencia a la ciudad de Salamanca y, mientras se encuentra en pleno discurso, sufre un atentado terrorista. En ese momento se ponen en acción los servicios de seguridad, intentando reconstruir lo ocurrido de la mejor forma posible con la ayuda de 8 personas que se encontraban en zonas claves para presenciar detalles esenciales. Al parecer, más adelante la cosa se complica, pero ni lo sé exactamente ni aunque lo supiera os lo diría. Si os corroe la impaciencia, podéis ver su trailer aquí.



En cuanto a la presentación en sí, he de decir que, desgraciadamente, no pude verla entera, ya que apenas me dio tiempo a vislumbrar la fugaz llegada de los actores, pues tenía que marcharme a clase a toda prisa. Sin embargo, en cuanto me liberaron, me aposté junto a la puerta del Ayuntamiento, a donde les había visto entrar y donde, por lo que me contaron los presentes, aún seguían.

Allí, de pie, soportando estoicamente el sol, estuve durante más de hora y media aguardando con paciencia, aunque he de reconocer que la desesperación nos invadió, a mí y a todos los presentes, más de una vez. En uno de esos momentos, conocí a una chica llamada Cintia que me pidió las escasas y malas fotos que había sacado durante la llegada, y a quien debo agradecer también unas cuantas de las que después obtuve.


Cuando por fin salieron los actores, fue todo lo contrario que cuando llegaron: se pararon en casi cada metro de la zona vallada (y era bastante grande) para firmar autógrafos, dar apretones de manos, e incluso repartir algún beso a quien tenía los arrestos de pedirlo. Como yo tenía las manos ocupadas con la cámara-móvil, no pude pedir ningún autógrafo, pero, como podréis ver, fotos conseguí unas cuantas, y desde bastante cerca, además.

Y ya para acabar, mención a parte merecen dos hechos bastante increíbles. El primero, es el impresionante parecido del señor de la fotografía de abajo (sé que no se ve demasiado bien, pero estaba bastante lejos) con José Antonio Labordeta. El segundo es la locura, casi demencia, que invadió a un heavy que tenía detrás cuando apareció Matthew Fox. Empujó, aplastó, incluso golpeó a quienes estábamos delante para plantarle bajo sus narices el papel en el que quería que le firmara el actor. Éste, por cierto, o no le vio o le ignoró olímpicamente.


Y eso fue todo, queridos lectores. Espero que hayáis disfrutado de mi crónica y de las fotos, por algunas de las cuales debo, de nuevo, darle las gracias a Cintia.